23/12/10

Continúo con las denuncias

Tras dos años en que no he dado cuenta en este blog de otras denuncias, retomo mi actividad en él. No es que haya dejado de hacer esas denuncias en distintos ámbitos, sino que me ha faltado el tiempo para plasmarlas aquí (no es que ahora me sobre el tiempo, pero sí creo que me merece la pena publicarlas). Me centraré ahora en las nuevas y en algún momento sacaré las viejas no resueltas aún. Con el "aún" no es que sea tan optimista que piense que se resolverán. Soy realista y sé que lo más probable es que muchas no acaben por resolverse, pero, al menos, yo no me olvidaré de ellas y trataré de recordárselas a las instancias competentes hasta la saciedad, a ver si se les cae la cara de vergüenza, si es que les queda un poco de dignidad.
Retomándolo donde lo dejé, he contar que, como me temía, el Inspector de Servicios de la Universidad de Almería, Antonio Sánchez Cañadas, entendía que el problema era yo, no que podía ser que el Defensor Universitario, Antonio Pulido Bosch, no estaba cumpliendo con el servicio que debía prestar a la Comunidad Universitaria. Lo que trató de hacer fue asustarme, aunque no lo consiguió. Me reafirmé en lo que había dicho y ahí quedó todo. Cuando me entere de que uno u otro interviene en algún acto en público, asistiré a ver qué es lo que cuenta y le preguntaré por su ética y le diré lo que me parece a mí, sin cortarme un ápice, para que si entiende que es falso lo que digo, me denuncie, ya que cuando lo denuncio yo prefieren archivarlo. Que me denuncie para que el que lo investigue tenga que desempolvar el archivo.