16/3/11

Intento de sanción en la UAL

De forma anónima, un funcionario de la Universidad de Almería me amenazó con sancionarme con una inhabilitación durante 3 meses de la lista "noticias" de la UAL. Puse el tema en conocimiento del Defensor de la UAL, Antonio Pulido Bosch, y le pedí su actuación en tres aspectos: 1) Que identificara a la persona que había enviado la advertencia y exigiera que toda notificación de este tipo sea firmada por un funcionario, el competente, sin que se permita enviar anónimos oficiales. 2) Se planteara si el procedimiento es el ajustado a derecho, pues no se advierte de que haya trámite de audiencia (alegaciones) y parece querer imponerse de plano. 3) Estudiara si se podía tener la intención de coartar mi legítimo derecho a la libertad de expresión y también de información y podría suponer un intento de acoso laboral. Ya he recibido contestación por parte del Defensor de la UAL, Antonio Pulido Bosch, en la que: 1) Dice que le han comunicado su disposición a que figure el nombre en los futuros procedimientos de incumplimiento de las normas, si bien, en mi caso, no identifica al funcionario que me envió el mensaje. 2) Parece que estima adecuado el procedimiento que se utiliza. 3) No entra en el tema del acoso laboral y puntualiza que, como me dijo en la reunión que mantuve con él, que cuando tenga pruebas de lo que afirmo, su decisión "será convenientemente modificada" y entonces investigará. Efectivamente, según mis notas, me dijo que él no iba a preguntar a quien había actuado escudándose en el anonimato si lo hacía por indicación de alguien y por qué razón, como le pedí, pues el preguntar entendía que era acusar. Me llamó mucho la atención su curiosa concepción. La valoración que hago es que Antonio Pulido Bosch, como Defensor de la UAL, no ha entrado en el fondo de los temas. Ya me lo esperaba, tras la conversación mantenida con él en esta ocasión y en otra anterior, donde vino a decir que el problema era yo, por las denuncias que hacía y la forma de hacerlas. En algunos momentos me daba la impresión de que intentaba intimidarme, aunque creo que se le quedaría bien claro que los intentos de intimidación, en mi caso, me producen un efecto diferente: indignación y determinación para acabar con las intimidaciones. En resumen, me parece una vergüenza que no podamos tener un defensor en condiciones, con sensibilidad hacia nuestra condición de administrados y capaz de enfrentarse y exigir a los administradores que no hagan abuso de poder. Sigo pensando que hay un intento de coartar la libertad de expresión y, sobre todo, se quiere cercenar el necesario espíritu crítico con ciertas actuaciones de algunas autoridades en la UAL. Y es por eso por lo que seguiré trabajando para que no se imponga esa actitud.