7/5/11

Denuncia presentada al Fiscal de Almería

El miércoles 4 de mayo, dentro de las acciones judiciales y extrajudiciales que he emprendido, he comparecido, por voluntad propia y a título particular, ante la Fiscalía Provincial de Almería y he presentado denuncia al Ilmo. Sr. D. Antonio Pérez Gallego, Fiscal Jefe de Almería, contra el Excmo. Sr. D. Pedro Molina García, actual Rector de la Universidad de Almería, y otras personas, por considerar que han prevaricado y/o pueden estar cometiendo otros delitos.
Reproduzco el texto que he presentado.
AL FISCAL JEFE DE ALMERÍA Ilmo. Sr. D. Antonio Pérez Gallego
Jorge Lirola Delgado, mayor de edad, DNI 27.494.505-Y, Profesor Titular de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Almería, con domicilio a efectos de notificaciones en este procedimiento en 04008 Almería, calle al-Andalus, 9, ante la Fiscalía de Almería comparece y como mejor proceda en derecho, DICE:
Que mediante el presente escrito y conforme a lo establecido en los artículo 101, 105, 264 y 266 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y 5.1 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, viene esta parte a formular DENUNCIA ante la Fiscalía de Almería, conforme a los siguientes
HECHOS
Primero.- Esta parte ha tenido conocimiento de distintos hechos relacionados con la convocatoria de una cátedra en la Universidad de Almería que, a su juicio, ponen de manifiesto un presunta prevaricación por parte del actual Rector, D. Pedro Molina García, y del anterior Rector accidental, D. José Luis Martínez Vidal, por un lado, y de un concierto delictivo entre funcionarios de la Universidad de Almería y otros de otras universidades para que una determinada persona obtenga una cátedra de forma ilegal, lo que podría evidenciar una presunta corrupción que atañe muy especialmente a autoridades de la Universidad de Almería.
Independientemente de que en una querella contra la Directora de la ANECA, Dña. Zulima Fernández, los miembros de una Comisión de la misma, y los informantes confidenciales, cuyos nombres se ignoran por el momento, se sustanciarán otros hechos que bien pudieran tener relación con los aquí denunciados, lo que, de confirmarse, demostraría que la corrupción es mayor de lo que, en un principio, podría pensarse, interesa ahora a esta parte centrarse en unos factos concretos ocurridos en la Universidad de Almería.
Segundo.- En la convocatoria de cualquier plaza de Personal Docente e Investigador funcionario en la Universidad de Almería, se han de aplicar los Estatutos vigentes, que dicen, en su artículo 104, en relación con las comisiones que han de juzgarlas: 1. Los concursos serán resueltos por una Comisión con la siguiente composición: a) Un Presidente, que será un catedrático de universidad que cuente con dos o más periodos de actividad investigadora evaluados positivamente, designado por el Rector. b) Dos vocales, propuestos por el Consejo de Departamento de entre sus profesores, del área de conocimiento a que corresponda la plaza convocada o, en su defecto, de un área afín ... La propuesta se basará en criterios objetivos, debiendo recaer preferentemente en aquellos profesores cuyos currículos sean más acordes con el perfil de la plaza, y deberá ser aprobada por el Consejo de Gobierno.
2. En caso de imposibilidad de nombrar a los miembros de la Comisión previstoe en la letra b) del apartado anterior, el Departamento podrá proponer a profesores de otras universidades que cumplan los requisitos señalados.
Pues bien, en el caso de la cátedra convocada de Estudios Árabes e Islámicos, al menos, no ha sido así y no se han aplicado los Estatutos. En la reunión del Consejo de Departamento de Filología, celebrada el día 28 de septiembre de 2010, se aprobó la solicitud de una plaza correspondiente al cuerpo de Catedráticos de Universidad, área de Estudios Árabes e Islámicos, pero en lugar de aprobarse la propuesta de dos vocales, siendo uno el catedrático del Área, D. Javier Aguirre Sádaba, fue solo uno y no dos, no contando con el Catedrático mencionado. Se ha vulnerado así lo que establecen los Estatutos de la Universidad de Almería.
Además, la propuesta de un vocal titular y otro suplente, así como el perfil, habían sido propuestos por Dña. Luisa M. Arvide Cambra, una de las candidatas a la plaza, como el Director del Departamento, D. Juan Luis López Cruces, puede confirmar, si bien éste ahora parece desdecirse de que el vocal fuera propuesto por Dña. Luisa M. Arvide Cambra, por lo que asistentes a la reunión, como D. Javier Aguirre Sádaba, podrán testificar que D. Juan Luis López Cruces afirmó en la reunión que el vocal fue propuesto por Dña. Luisa M. Arvide, que tiene la intención de presentarse a la plaza.
Tercero.- A esta parte le consta que Dña. Luisa Arvide había hablado previamente con D. Javier Aguirre Sádaba sobre el tema de la convocatoria, al enterarse de que quien suscribe había solicitado la habilitación para poderse presentar a la cátedra, con la intención de conocer si D. Javier Aguirre, que había de estar, según los Estatutos de la Universidad, en el Tribunal, tenía intención de darle su voto en el acto de oposición, sin que éste manifestara que esa fuera su intención, razón por la que no lo propuso, con la connivencia del Director del Departamento, D. Juan Luis López Cruces. Quien suscribe le solicita expresamente que confirme si así ocurrieron estos y el resto de los hechos.
Cuarto.- También consta al abajo firmante que Dña. Luisa Arvide se presentó ante D. Emilio Molina López, Catedrático de la Universidad de Granada, y lo instó a que fuese el presidente del tribunal de la cátedra a convocar, propuesta que es la que ha de hacer el Rector de la Universidad de Almería, según los Estatutos en vigor, pero aquel finalmente no aceptó. Me consta igualmente que Dña. Luisa Arvide habló, en relación con el tribunal, con los catedráticos D. Alfonso Carmona González, de la Universidad de Murcia, y con D. Francisco Franco Sánchez, de la Universidad de Alicante, que han sido finalmente propuestos por D. Pedro Molina García. Así me lo reconocieron ellos mismos a principios del mes de octubre durante el Simposio de la Sociedad Española de Estudios Árabes celebrado en Teruel, de lo cual existen testigos. Creo que también Dña. Luisa Arvide ha hablado o se ha puesto en contacto, directa o indirectamente, con Dña. María Jesús Viguera Molíns, catedráticoa de la Universidad Complutense de Madrid, y con Dña. María Arcas Campoy, de la Universidad de La Laguna de Tenerife, así como con D. Josep Puig Montada, de la Universidad Complutense de Madrid, y D. Luis Bernabé Pons, de la Universidad de Alicante, resultando que todos ellos van a constituir el tribunal que juzgará la plaza de catedrático de Estudios Árabes e Islámicos convocada por la Universidad de Almería. Con objeto de que pueda Usted contrastar los hechos con cada una de las personas a las que me he referido, le indico sus señas profesionales:
Siguen las señas.
Quinto.- Con fecha 22 de octubre de 2010 quien suscribe interpuso recurso ante el Rector de la Universidad de Almería contra la aprobación de la solicitud de la plaza ya citada y la propuesta de un vocal y otro suplente, explicitando que no se estaban aplicando los Estatutos de la Universidad de Almería, al tiempo que le denunciaba los hechos ya citados en relación con que una de las personas que se iba a presentar a la plaza iba a elegir al tribunal que ha de examinarla (documento nº 1).
Sexto.- Con fecha de 20 de enero de 2011, la Secretaria General de la Universidad de Almería, que debe ser garante de la legalidad en la Universidad, Dña. María Luisa Trinidad García, aunque quien suscribe entiende que debe estar implicada en el concierto delictivo, dio traslado a esta parte de la resolución del Rector Accidental, D. José Luis Martínez Vidal, en la que desestimaba mi recurso (documento nº 2), fundamentando dicha desestimación en que en la Universidad de Almería no se aplican los Estatutos de la propia Universidad, sino un reglamento, de rango inferior a los mismos, supuestamente tras la ley orgánica 4/2007 de Universidades. Es muy llamativo que esa ley no resulte contradictoria con los Estatutos de la Universidad de Almería en el punto que esta parte denuncia y, aún en el supuesto de que lo hubiera sido, debía haber llevado a la modificiación de los Estatutos, lo que no ha sido así. De hecho, en la reciente propuesta de modificiación de los Estatutos, aprobada ya por el Claustro universitario este mismo año, este punto no está incluido en dicha propuesta, pues como se ha dicho, no existe contradicción alguna, por lo que la resolución es, al entender de quien suscribe, claramente injusta y, por lo que se verá a continuación, a sabiendas de sus injusticia.
Séptimo.- Nuevamente, el 7 de febrero de 2011, esta parte se dirigió por escrito al Rector, en este caso D. Pedro Molina García, reiterando la denuncia de que Dña. Luisa Arvide quiere ser la que proponga a los miembros del tribunal, solicitando que se comprueben los hechos, y solicitando que se cumplan los Estatutos de la Universidad de Almería en la convocatoria de la cátedra de Estudios Árabes e Islámicos y explicitaba que “de continuar aplicando dicho Reglamento en lugar de los Estatutos en el punto concreto que he planteado, entedería que Usted, D. Pedro Molina García, como Rector, puede estar incurriendo en una supuesta resolución injusta a sabiendas, es decir, prevaricación, lo cual estimo que sería de extrema gravedad” (documento nº 3).
Octavo.- Al anterior escrito, el día 1 de marzo de 2011 contestó la Secretaria General, Dña. María Luisa Trinidad García, indicando que no procedía (documento nº 4), a lo que esta parte respondió, tanto al Rector, D. Pedro Molina García (documento nº 5) como a la Secretaria General, Dña. María Luisa Trinidad García (documento nº 6), insistiendo en que podría tratarse de una resolución injusta a sabiendas de su ilegalidad y reiterándole que investigara los hechos denunciados relativos a que la Profesora Arvide había propuesto a los miembros del tribunal.
Noveno.- En Consejo de Gobierno de la UAL celebrado el 4 de abril de 2011 se aprobó la convocatoria de la plaza, con la siguiente composición del tribunal titular: Presidente: Alfonso Carmona González. Vocales: María Jesús Viguera Molíns y Josep Puig Montada. Suplentes: Presidente: Francisco Franco Sánchez. Vocales: María Arcas Campoy y Luis Fernando Bernabé Pons (Documento nº 7). Se consumó así la ilegalidad de no cumplir los Estatutos de la Universidad de Almería, al proponer únicamente el Departamento a un vocal y el resto el Rector y el Consejo de Gobierno. También es importante observar cómo los miembros designados son los mismos que había denunciado esta parte, previamente, como personas con las que había entrado en contacto Dña. Luisa Arvide para que formaran parte del Tribunal (en el escrito del 7 de febrero de 2011 se mencionan todos), sin que el Rector, D. Pedro Molina, hubiera querido investigar la veracidad de la denuncia que quien suscribe le formuló con reiteración. Al contrario, su reacción ante la denuncia de esta parte y la divulgación que se ha hecho de la misma ha sido solicitar al Inspector de Servicios, D. Antonio Sánchez Cañadas, el inicio de información reservada sobre las actuaciones de quien suscribe (Documento nº 8). Así pues, no sólo no responde a la denuncia, a través de una investigación de la misma, sino que trata de reprimir al denunciante. Esta parte entiende que ello podría constituir asimismo un acto delictivo que Usted, como experto jurista, podrá, sin duda, calificar.
Diez.- Los hechos los considero muy graves pues, además, pueden suponer un intento por parte de D. Pedro Molina García de controlar los resortes de poder en la Universidad de Almería a través de las cátedras, razón por la que es posible que quiera aplicar un reglamento, de rango inferior, en lugar de los Estatutos vigentes, pues aquel le permite nombrar a dos miembros del Tribunal, en lugar de uno, de forma que la persona que obtenga la cátedra ha de contar con el beneplácito del Rector. No obstante, en este caso concreto ha sido con la confabulación de una de las personas que se va a presentar a la cátedra, que ha sido la que ha hablado con los posibles miembros del tribunal. Según comentó el Director del Departamento, este procedimiento es bastante usual en esta y otras universidades, por lo que, de ratificarse él y ser realmente así, la corrupción podría estar muy generalizada en las universidades españolas, si bien sin llegar al extremo de la corrupción que entiendo que está aplicando D. Pedro Molina García, pues éste llega incluso a dejar de aplicar los Estatutos de la propia universidad.
Once.- Además, a D. Pedro Molina García, y a distintas instancias de la Universidad, les consta la existencia de un elevado número de reclamaciones presentadas por alumnos contra la Profesora Dña. Luisa Arvide desde el año 1994 hasta el presente, que han sido ocultadas sin ser resueltas, pudiendo parecer ahora que se pretende premiar, a través de la concesión de una cátedra, las disfunciones producidas en la actividad docente de la Profesora Arvide que, reitero, han sido tapadas, fundamentalmente, por los diferentes Directores del Departamento, Rectores e Inspectores de Servicio. A este respecto, le solicito que, a su vez, requiera al Rector de la Universidad, D. Pedro Molina García, que le facilite la documentación que consta en los archivos de la Universidad al respecto, en el caso de que no le parezca suficientemente probada la presunta prevaricación de D. Pedro Molina García. Por mi parte, le puedo facilitar gran parte de esa documentación por constarme fehacientemente.
Por lo expuesto,
SUPLICO A LA FISCALÍA DE ALMERÍA que, teniendo por presentado este escrito junto con sus copias y documentos adjuntos, se sirva admitirlo y tener por interpuesta DENUNCIA por los hechos indicados en el mismo, procediendo a abrir la correspondiente investigación sobre dichos hechos y sobre la participación en los mismos de las personas que se han indicado en este escrito o cualquiera otras que, a la vista de la investigación de la Fiscalía, aparecieran como posibles responsables de hechos delictivos y, tras reclamar a la Universidad de Almería las copias de los documentos y realizar los interrogatorios oportunos a los testigos, proceda a remitir lo actuado al órgano jurisdiccional para el caso de entender la Fiscalía que los hechos aquí denunciados pudieran ser constitutivos de infracción penal.
OTRO SÍ DIGO: Otro mundo es posible. Sí, pero sólo si lo exigimos y ayudamos a construirlo nosotros mismos, sin dejar nuestro futuro en mano de trapicheantes.
Por ser de Justicia, que se pide en Almería a 4 de mayo de 2011.
Jorge Lirola Delgado

6/5/11

Antecedentes de la cátedra de árabe de Almería (3) Reclamación del '94

Voy ya con la primera reclamación que me consta. Corría el año '94. Yo llevaba poco tiempo en la Universidad de Almería y, en una asignatura, Luisa Arvide daba la teoría y yo las prácticas. Como no había ningún tipo de posible coordinación, lo cual denunciaba yo, como podréis leer en algunos de los escritos adjuntos, en mi caso me dedicaba a dar las prácticas como clases de conversación en árabe, a falta de un lector que no teníamos. Ese curso eran tres chicas que os puedo garantizar que les hice trabajar bastante, pues tenían interés y al ser pocas personas y haber un contacto más directo se volcaron en la asignatura. Suele ocurrir. En junio tocaba hacer el examen, un formalismo pues habíamos trabajado durante todo el año, aunque a mí me gusta aprovechar hasta los exámenes para aprender, pues los suelo hacer de forma dinámica e interactiva. Mis calificaciones fueron: una matrícula de honor y dos sobresalientes. Luisa entregó el acta con sus notas (un aprobado y dos suspensos), ignorando las mías. Al menos no se atrevió a suspender a una de las mejores alumnas que yo al menos he tenido. Lo puse en conocimiento de distintas instancias, entre ellas el Decano (Documento D_6). Por su parte, las alumnas, no conformes con las calificaciones, presentaron una reclamación (Documento D_8).
Yo me tuve que ir a Marruecos a hacer un curso que ya tenía concertado y unas gestiones para el Legado Andalusí que me había encargado María Jesús Viguera. Ella seguramente lo recordará. Compré tinteros tradicionales que después se utilizaron en exposiciones del Legado Andalusí del '95 y alguno me consta que se lo quedaron algunas personas. Iba yo de zoco en zoco buscando duwaya-s que tuvieran aspecto de antiguos. Recuerdo también que me entrevisté con Saad al-Yadir, un iraquí que trabajaba para el rey de Marruecos y que tenía una importante colección de objetos de plata, porque el Legado quería algunos para las exposiciones que había planificado). A mi vuelta me encontré con que el director del Departamento me pedía un informe y se lo remití (D_14). Y me fui a hablar con el Secretario General de la Universidad. Me quedé de piedra cuando empezó a amenazarme con que dejara estar las cosas si no quería que me abrieran un expediente, insinuando que yo había cometido anomalías y estaban dispuestos a pasarlas por alto, sin querer decirme cuáles. Podéis ver mi reacción en mi escrito (D_16). Parecía obedecer a las acusaciones que Luisa Arvide había hecho contra mí en un informe suyo (D_12). Lógicamente, al tener conocimiento de esas acusaciones, le solicité al Presidente de la Comisión Gestora, que hacía de Rector, que investigara todo y lo aclarara, para que no existiera la más mínima duda (D_25).
No quisieron aclarar nada ni contestaron a la reclamación de las alumnas, ni dejaron que accediera al acta de la asignatura en la que yo quería poner las notas de las que me responsabilizaba. El decano, Pepe Guerrero, ahora vicerrector, en plan chanchullero, me decía que no me preocupara que iba a traer a unas personas (Alfonso Carmona, Victoria Aguilar y Antonio Morales) y les iban a poner un notable. Vaya chanchullo, ¿no, Alfonso Carmona?
Examinaron a las dos chicas que Luisa había suspendido, que debían de estar más que desconcertadas, pues no le habían constestado a la reclamación ni sabían con quién se tenían que examinar y de qué exactamente (no se si los del Tribunal miraron "el programa docente defendido en mis oposiciones (habla Luisa Arvide) a Profesor Titular ... ante ilustres arabistas"), con las lindenzas, además, que les dedica Luisa a las alumnas en su escrito (D_24) de que "por cierto han suspendido también otras asignaturas y han tenido un bajo rendimiento académico en las materias restantes y, sin embargo y curiosamente, no han presentado queja alguna en esos casos". ¡Qué delicadeza con unas personas que, por lo que a mí me consta, se habían volcado bastante en la asignatura y les debió de afectar mucho el tratamiento que recibieron para el rendimiento en todos los exámenes! Y lo más grave es que al final, Ana, la chica que más sabía (una de las mejores alumnas que he tenido, como decía, que hacía inglés y árabe al mismo tiempo sin faltar a las clases de una y otra asignatura, con sumo interés, y que si pensaba seguir sus estudios de árabe se le debieron de quitar todas las ganas, con un buen expediente pues era una muy buena alumna, que se merecía una matrícula), acabó con menor nota que las demás, porque lo que hicieron fue una auténtica chapuza y no se pudo presentar al examen al estar aprobada. ¿Recuerdas todo aquello, Alfonso? Tuvieron que ir hasta a urgencias por problemas estomacales, no de las alumnas, que debían también de tenerlos, sino de uno de los miembros del tribunal. Me ahorro más detalles de lo vergonzoso del asunto.
En próximas entregas me referiré al montón de reclamaciones que han ido siguiendo año tras año, salvo, curiosamente, cuando pude ser director del Departamento unos años para demostrar que es más fácil hacer las cosas bien que mal, pues este último caso acarrea más trabajo a la larga. Aviso que la mejor de todas es cuando Luisa suspendió a un chico marroquí que, indignado, presentó una reclamación y constituimos un tribunal para revisar su examen (yo ejercí de secretario). La verdad es que a la vista del examen era para suspender a la examinadora, que no sabía que al-sawma`a significa alminar y se lo consideró mal, entre otros numerosos aciertos que desempolvaré para conocimiento de los que han de juzgar los méritos de la aspirante a cátedra. También me referiré a la anterior convocatoria de la cátedra, de cómo no se pudo celebrar la primera vez porque renunciaron varias personas, con elegantes presiones por parte de miembros de la universidad de Almería. En la segunda convocatoria, María Jesús Viguera, que también estaba en la primera y ahora en la del 2011, renunció, como también hicieron otros. Entonces estaba menos justificada que ahora, ¿no crees, María Jesús? Explicaré mi contencioso, por qué lo presenté y cómo se resolvió, etc., etc.
Creo que es bueno recordar, para no olvidar, y aprender. Lo haré dentro de un tiempo, pues ahora necesito concentrarme y culminar las denuncias al fiscal (os daré cuenta más adelante de ellas) y también estoy preparando unos guiones para dos videos que pueda colgar en youtube. Uno será "Crónica de un escándalo anunciado" y otro "La forja de una cátedra". Espero que sean bastante didácticos e ilustrativos. La cátedra de árabe de Almería va a dar mucho juego y creo que va a servir para bastante. Al menos nos divertiremos.

Antecedentes de la cátedra de árabe de Almería (2): Antes de la reclamación del '94

Voy a detenerme en la primera reclamación que me consta que se presentó en relación con la persona a la que, como premio, le sacaron una cátedra en 1995/6, sin éxito, y 15 años después vuelven a ello, con un amplio currículo en denuncias que les habrá ocultado al tribunal de la Aneca y también al que tendrá que juzgar la cátedra (Alfonso Carmona, María Jesús Viguera y Josep Puig). Bueno, hasta cierto punto, pues al Presidente de este último tribunal, Alfonso Carmona, le consta la primera denuncia, aunque creo que no tiene mucha información de todo lo que pasó, por lo que en la próxima entrega reproduciré documentación sobre esa reclamación para que, tanto él como el resto de los miembros, estén bien informados, de forma que actúen como les dicte su conciencia. Antes, quiero explicar el ambiente que se respiraba previamente.
Al llegar yo como profesor a Almería, estábamos solo nosotros dos en el Departamento de Árabe (Luisa Arvide y quien suscribe). A ella la había tenido yo de profesora, sólo unos meses, cuando vino a ocupar la plaza de Emilio Molina en Almería, y había podido experimentar directamente los tratos vejatorios que infringía a los alumnos. Mis compañeros de curso, con los que sigo manteniendo relación y que se dedicaron también al árabe, pueden dar fe de ello, aunque no están en esta lista. Yo tuve suerte, pues me puso buena nota, aunque lo que hacíamos en clase era traducir unos textos que entonces me parecían extrañísimos y que ahora sé que son de "jawass", lo que ella investigaba y publicaba. No es que quisiera aprovecharse de nuestras traducciones, pues eran más particulares todavía que los textos, dado que estábamos en una fase inicial de aprendizaje del árabe y difícilmente alcanzábamos a comprender de qué iba aquello. La verdad es que eran textos que nos quitaban las ganas de continuar con el árabe a los que estábamos empezando. Menos mal que ya nos habían despertado el interés por el árabe Elena Pezzi y Emilio Molina, pues si no, seguramente, habríamos optado por otra filología al tener que elegir la especialidad.
Cuando volví a Almería, como profesor, tras mis estudios primero en Granada y después en Egipto y la beca predoctoral que tuve en Granada, comprendí que Luisa tenía tan alta estima de sí misma que no escuchaba y que había que darle pistas para que llegara a las conclusiones por sí misma, pues si no no había nada que hacer. Un ejemplo. Ella cerraba la puerta de su despacho dentro del departamento en el que estábamos sólo los dos. No era lo que hacían los profesores con los que había estudiado yo y también Luisa, Elena Pezzi y Emilio Molina, época en la que los alumnos respirábamos el ambiente de cordialidad que había entre ellos y nos encantaba asistir a las clases de árabe. El problema es que si Luisa cerraba su despacho, con los diccionarios que tenía dentro, me impedía utilizarlos, por lo que sólo cuando decidí meter igualmente libros que ella utilizaba en mi despacho y cerrarlo con llave acepto el que o dejáramos todos los libros fuera o las puertas estuvieran abiertas para poder tener acceso a los libros del Departamento.
Era la época en la que le hice comprender que los textos que editaba, en realidad seguían estando manuscritos, aunque ahora con su letra, de forma que ella confeccionaba un nuevo manuscrito y, desde mi punto de vista, resultaba más interesante reproducir el manuscrito que editaba (siempre era uno, pues no solía hacer ediciones críticas, aunque hubiese varios manuscritos de la misma obra) que volver a escribirlo de su puño y letra. Le expliqué cómo escribir en árabe con el ordenador. Lamentablemente no me dio tiempo a llamarle la atención sobre que cuando se imprime un negativo en negativo y no en positivo, el manuscrito no tiene la particularidad de estar escrito en tinta blanca sobre fondo negro, como indica en uno de sus trabajos y, sin duda, los miembros del Tribunal podrán leer al juzgar la calidad de sus investigaciones. Y no me dio tiempo pues, al ser nombrada Elena Pezzi profesora emérita, Luisa tensó tanto el ambiente que lo convirtió en estás conmigo contra Elena Pezzi o estás contra mí. Nunca he entendido bien por qué le tenía tanto odio a Elena Pezzi, que era una persona de una excepcional calidad humana y que había sido profesora de ambos, sin que jamás hiciera Elena, que era persona también de una gran bondad, nada contra Luisa, por lo que yo pude observar.
Fue entonces cuando me propusieron ser secretario del Departamento (Departamento de Estudios Lingüísticos y Literarios, que formábamos cuatro áreas. De dos de ellas -Teoría de la Literatura y Sociolingüística- dos miembros pasaron a ser vicerrectores, para organizar unos chanchullos impresionantes, pero esa es otra historia. De las otras, Filología griega y árabe salieron el director y el secretario del departamento. A mí, que siempre me ha parecido desequilibrado y maquiavélico el planteamiento de estás conmigo o contra mí y no tengo nada contra nadie sino, en todo, caso, contra actitudes concretas que mantengan personas concretas, mientras persistan en esas actitudes que pueda yo entender lesivas para mí o para otros, me propusieron ser el secretario y acepté, hasta dimitir tiempo después al ver los chanchullos, y uno de griego fue el director. A Luisa no le debió sentar demasiado bien mi nombramiento, pues pensaba que la nombrarían a ella y su obsesión era, inexplicablemente, que Elena Pezzi no tuviera despacho (hasta su muerte, Elena lo compartió conmigo y para mí fue un auténtico placer disfrutar de su compañía. La recuerdo siempre con su jovial sonrisa).
Lo dejó aquí y seguiré en otro capítulo, ya con la primera reclamación de los alumnos...
Aunque tengo constancia de que Luisa Arvide está en la lista de la SEEA, le envío claramente este mensaje para que pueda ejercer su legítimo derecho a la réplica y a contar su versión de los hechos.