19/1/14

Rector, malversador


El Rector de Murcia, José Antonio Cobacho, y el de Almería, Pedro Molina, son muy amigos y, en muchos temas, llevan vidas paralelas. A quienes los critican, los sancionan, porque se creen que la Universidad es un cortijo y ellos su dueño. Ambos se saltan la ley de incompatibilidades y aceptan asesorar a entidades financieras mientras que gestionan el dinero público. ¿Son ellos solos los presuntos corruptos o también quienes los amparan? Vamos a ver qué pasa...
 
Un nuevo capítulo de la corrupción del Rector de Murcia.
 
La Universidad de Murcia paga dos sueldos de profesor para una sola plaza con tal de no ejecutar la sentencia que le condena a admitir a un profesor incómodo

A finales de noviembre de 2013, el Juzgado de lo Contencioso Administrativo Nº7 de Murcia condeno a la UMU a admitir como docente a Jose Mateos, debido a que su puntuación superaba a la del resto de candidatos a la plaza de Profesor Asociado en Derecho Constitucional a la que concurrió (véase sentencia http://www.slideshare.net/JoseMartinez47/sentencia-plaza-jose-mateos ). José Mateos fue expulsado en su día de la UMU por sus críticas al rector Jose Antonio Cobacho, expulsión que fue declarada nula por el TSJ de Murcia, que amparó a Mateos al considerar que dichas críticas eran ejercicio legítimo de la libertad de expresión. Debido a su oposición a Cobacho, y pese a la declaración judicial de nulidad de la expulsión, José Mateos ha visto sistemáticamente cerradas las puertas de la UMU, pues no se le perdona que osase atacar la política de sumisión al Gobierno autonómico y aceptación de los recortes que ha caracterizado al rector Cobacho. 

Pues bien, Mateos todavía no ha podido tomar posesión de la plaza debido a que el rectorado se resiste a cumplir la sentencia, por lo que el candidato se ha visto obligado a pedir la ejecución forzosa de aquella al Juzgado. Lo más sangrante es que mientras sigue el juego, la UMU tiene que pagar el sueldo del profesor que ahora mismo ocupa la plaza y también, según ordena la sentencia, tiene que pagarle un sueldo igual a Mateos hasta que tome posesión de la plaza (aunque aun no le han pagado nada). En un contexto de crisis como el actual, resulta inconcebible que el rectorado malgaste el dinero público pagando dos sueldos para una misma plaza de docente, cuando, si ejecutara la sentencia como es su deber, sólo tendría que abonar uno: el del candidato que legalmente debe ocupar la plaza.

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