5/5/14

¿Es intocable Pedro Molina por ser Rector de la UAL?


El 11 de junio de 2013 presenté una querella contra el Rector Pedro Molina García y contra los miembros del Tribunal de una cátedra de árabe por presuntos delitos de prevaricación y tráfico de influencias. Tras casi un año (la mayor parte dejada de lado acumulando polvo), la juez Alejandra Dodero Martínez, a instancias del fiscal J. Alejandro Velasco García, han decidido, en un auto y en un informe breves y sin justificar, respectivamente, que es un tema administrativo y no penal, y la juez acuerda el sobreseimiento provisional y el archivo de la querella.

      Quiero creer que tanto la juez como el fiscal no han analizado bien el texto de la querella ni han realizado las oportunas comprobaciones de si son ciertos los hechos que denuncié y espero que finalmente los verifiquen, y lo quiero creer porque de no ser así entiendo que sería amparar un presunto delito, lo que constituiría a su vez otro presunto delito.

        En cualquiera de los casos, es del todo inaceptable el informe del fiscal y el auto de la juez por no argumentar lo más mínimo sus afirmaciones. Es como si yo, en calidad de profesor, suspendo a un alumno con el simple argumento de que no sabe, sin especificarle en qué se ha equivocado.

        Estimo que se ha de llegar al fondo pues esto no puede quedar impune y por eso actuaré denunciándolo tanto judicialmente como públicamente para que, si tanto la Sra. Dodero Martínez como el Sr. Velasco García están tan convencidos de que es falso lo que yo digo como lo estoy yo de que es cierto, tengan que actuar contra mí por falsa acusación, que es un delito, de forma que se tenga que comprobar la veracidad de los hechos, sin ser archivados sin más.

         Una profesora en la Universidad de Almería pidió que se convocara a concurso público una plaza de catedrático (que lleva asignada un buen sueldo y privilegios de poder) y propuso ella misma, que se iba a presentar, el perfil de la plaza, el equivalente de las preguntas de las oposiciones, y le pidió a algunos catedráticos que estuvieran en el Tribunal que había de resolver la plaza para garantizarse ser ella la que obtuviera la cátedra. Algunos no aceptaron y otros sí. Los que estuvieron de acuerdo son a los que nombró el Rector, Pedro Molina, quien, previamente, se negó a seguir lo establecido en los Estatutos de la Universidad y, en su lugar, aplicó un reglamento, de rango inferior, que le daba más poder para garantizarse que quien consiguiera la plaza contara con su beneplácito, como era el caso de la referida profesora.

       Lo difícil en este tipo de denuncias es demostrar los hechos, que lamentablemente ocurren muchas otras veces en esta y otras universidades porque la justicia no actúa. Pero en este caso todo está probado, a través del escrito de la profesora que pidió que se convocara con el perfil que le interesaba para contar con ventaja sobre aquellos otros que se presentaran, y los testimonios de los catedráticos implicados quienes han reconocido que les pidió que formaran parte del tribunal. Incluso uno de ellos, Javier Aguirre, de esta Universidad y que según los Estatutos debía estar en el tribunal, al ser preguntado por la profesora si le votaría a ella en caso de presentarse otro candidato y mostrar aquel sus dudas, no fue nombrado por el Rector.

      Espero que la juez Dña. Alejandra Dodero Martínez y el fiscal D. J. Alejandro Velasco García cumplan con  su trabajo por el que están cobrando buenos sueldos que les pagamos todos los ciudadanos.

         No duden de que quiero cumplir no ya con mis derechos, sino también con mis obligaciones como ciudadano indignado, denunciando donde sea necesario la comisión de presuntos delitos que apestan y mucho.

        Espero que comprendan que no soporto el hedor que desprenden las actuaciones de algunas autoridades y no voy a permitir que se eche ambientador para tratar de tapar ese mal olor, sino que exijo a los responsables y a quienes compete que retiren los excrementos que están apestando. Lo puedo decir más fuerte pero no más claro, para que efectivamente se haga lo que, en Justicia, se tiene que hacer y es llegar al fondo y que se asuman las correspondientes responsabilidades, se ocupe un cargo de poder o no.

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