11/11/14

Contra el acoso laboral de cualquier tipo

He presentado una denuncia por acoso discriminatorio laboral que entiendo que sufro por parte de la Secretaria de mi Departamento, Ana Fe Gil Serra, que lo ejerce sobre mí desde hace ya varios meses y con reiteración y lo he hecho ante el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de mi Universidad.

Ya antes, en concreto el 15 de septiembre de 2011 presenté denuncia contra el Rector, Pedro Molina García, por el acoso laboral bestial que ejercía sobre mí en el marco del cual llegó a sancionarme con 4 años y 3 meses, acoso que a día de hoy sigue existiendo de diversas formas.

Para mi sorpresa, el Ministerio de Trabajo me indicó que la competente para resolver sobre el tema era mi universidad y por más que les dije que era como decirle a una mujer maltratada que había de denunciarlo y que lo debía resolver el maltratador o la persona que él hubiera nombrado, no quisieron saber nada más y dieron traslado del tema a la UAL, según me comunicaron. Les solicité a ellos que pidieran a sus superiores que se subsanara este vacío legal que permitía esas crueles situaciones. No he vuelto a saber nada más hasta ahora.

Le he pedido también a la Directora del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales que me informe del estado de mi denuncia que debieron transmitir a su servicio, junto con la exigencia de que se estableciera el protocolo de actuación, que sí me consta que se estableció.

Espero que mis actuaciones sirvan no solo para acabar con el acoso al que me someten sino también para poner las bases para que otros no vuelvan a sufrirlo.


Si le doy difusión al acoso es, en gran parte, para mitigar los efectos que los acosadores pretenden conseguir.

10/11/14

Mala Fe

Ana Fe Gil Serra, secretaria del Departamento de Filología, se significó al no querer incluir en el acta las graves acusaciones que formuló contra mí el Director del Departamento, Javier Aguirre Sádaba, de ser yo un prevaricador y un calumniador, además de miserable y mezquino. Y ello pese a mi insistencia de que, si no las retiraba, constaran en acta. Ni las retiró Javier Aguirre ni las incluyó en el acta Ana Fe Gil.

Lo de ahora es más grave todavía, pues al negar Javier Aguirre el que hubiera dicho lo que dijo, ante el secretario judicial, le pedí a Ana Fe Gil copia de las actas donde, al menos, debían estar incluidos mis votos particulares en los que sí lo hago constar y no apruebo el acta por la manipulación interesada por parte de la secretaria del Departamento, nombrada precisamente por Javier Aguirre. Las necesito para adjuntarlas a la querella contra éste por calumnias e injurias ante la indefensión en la que me dejó.

Ana Fe Gil Serra no quiso recibirme en su despacho, sino que lo hizo en el pasillo; me dijo que me entregará las actas dentro de plazo y se negó a aclararme a qué plazo se refería, de cuánto tiempo era y si se esperará hasta el último momento para dármelas. Para evitar el contestarme, se llevó a su despacho a un grupo de alumnos que venían preguntando por otro profesor y que nada querían de ella. Tras ello, al continuar negándose ella a contestarme y yo a irme de su despacho de secretaria hasta que me lo dijera, llamó a los de Seguridad, que esta vez se atuvieron a razones y no me sacaron por la fuerza, y al Inspector de Servicios. Finalmente me contestó que tenía tres meses para responder a mi petición.

Pero es que no me deja ni consultar las actas. Las tiene secuestradas y entiendo yo que obstaculiza mi labor como miembro del Departamento al impedirme consultar datos de las actas que custodia.

Ana Fe Gil sigue actuando de forma partidista al levantar las actas al no incluir propuestas. No solo se negó a enviarnos los borradores de las actas por correo electrónico para agilizar las reuniones sino que tengo que consultarlas tomando notas y no se pueden fotocopiar si no es con su permiso y para conseguirlo tengo que pedirlo por escrito y esperar a que se digne concederlo, que puede ser dentro de tres meses. Y el colmo ya es que para poder hablar con ella me exige que concierte cita por escrito (y seguramente se tomará otros tres meses en contestar). Y esto solo me lo solicita a mí, por lo que me siento discriminado.

Hoy, tras llamar a su despacho (de profesora y de secretaria) y decirme que estaba ocupada, para lo cual se ha puesto a llamar por teléfono, le he dicho que esperaré fuera y así lo he hecho. Tras llegar otra profesora y comprobar que a ella sí la atiende y a mí no, se lo he recriminado.

Y hoy me he enterado de que Ana Fe, con mala fe, me ha denunciado por acoso laboral. Por lo visto, ahora Andrés Sánchez Picón tendrá que mediar ante esa denuncia. A mí me parece un despropósito, pues quien tendría que actuar es el Inspector de Servicios ante el hecho de que no quiera cumplir con sus funciones de secretaria del Departamento o lo haga de forma discriminatoria.

Aparte de mala fe, Ana Fe Gil Serra, tiene mala educación por no querer atenderme en su despacho, que le pagamos todos con nuestros impuestos, negarse a dar la información y querer incluso atender a otros que llegan después de mí.

Si tuviera un poco de vergüenza, dimitiría de su cargo de secretaria, como le pedí hace tiempo, pero ya se sabe que en España los ineptos, los sinvergüenzas y los corruptos no dimiten y así nos va.

Y lo llamativo es que, en la misma universidad en la que el Rector Pedro Molina decidió sancionarme con 4 años y 3 meses por entender que al denunciarlo por prevaricación y tráfico de influencias le estaba faltando al respeto, aceptan a trámite una denuncia por acoso laboral de una administradora que hace abuso de poder ante un administrado. Y lo gracioso es que la denuncia de acoso laboral que presenté yo contra Pedro Molina hace ya muchísimo tiempo y que el Ministerio de Trabajo me dijo que el que tenía que resolverla era la propia universidad se debió de perder en el camino, pues de ella nada se sabe. ¿Quién mediaría para que no se sepa nada de mi denuncia? Seguro que ésta no tardan tanto en resolverla.