22/10/16

Tras la firmeza de la sentencia, ha de venir la anulación de la sanción y la reparación de los daños

La sanción de suspensión de empleo y sueldo que me impuso Pedro Molina, entonces rector de la Universidad de Almería, fue anulada por un juez y esa sentencia ya es firme (casi cinco años después. Así de lenta es la justicia en España). Al nuevo rector, Carmelo Rodríguez Torreblanca, le corresponde hacer efectiva esa anulación, con todas sus consecuencias: la restitución plena de mis derechos, pues aún sigo en la situación de suspensión cautelar de la sanción. Espero que no tenga que exigir con reiteración el cumplimiento de la sentencia al nuevo rector, como sí tuve que hacerlo, cuando me fue concedida la suspensión cautelar, a Pedro Molina, quien se resistía a cumplir con diligencia la decisión judicial.


Aparte, está pendiente la reparación de daños y perjuicios. Siempre he defendido que la Universidad somos todos sus miembros y no solo quienes presuntamente nos representan. Ese fue uno de los problemas que tuve con Pedro Molina al denunciarlo por entender yo que quería convertir la UAL en su cortijo. Por eso, estimo que no solo me causó daños a mí y a mi imagen, sino también a la Universidad.