18/5/18

Más veloces que el rayo: ¿Así se aprueban los planes de estudio en la Universidad de Almería?

El 25 de abril, ante la sorpresa y estupefacción de la gran mayoría, el Sr. Decano, Javier García González, plantea en Junta de Facultad de Humanidades una propuesta y aprobación de la estructura básica para la modificación de los títulos de la Facultad.

Unos días más tarde, el 3 de mayo, el Director de mi departamento (Filología) informa (si es que se le puede llamar así) acerca del proceso de conformación de los nuevos planes de estudio. La gran mayoría del Departamento muestra sus indignación por cómo se está haciendo el proceso, entre ellos Pepe Valles, que exige que se formen Comisiones.

El 15 de mayo el Decanato de la Facultad hace públicas unas propuestas de planes de estudio de grados de Historia (modificación) y Comunicación y Sociedad (de nueva creación), con las Comisiones que los han elaborado. Pepe Valles, curiosamente, aparece en la de Comunicación y Sociedad (en la UAL quien no llora no mama, aunque hay que saber llorar, por lo visto). Y esos planes de estudio que se quieren aprobar se exponen durante unos días y se pide que los Departamentos informen antes del viernes 18 de mayo. No daría ni tiempo de convocar a los Consejos. ¿Habrá informes? ¿Qué dirán?

Y se pretende que el 21 de mayo, seis días después de darlos a conocer, la Junta de Facultad apruebe esos planes, sin apenas tiempo de rechistar.

Esa forma de proceder de Javier García González, chanchullera, ya la conozco. Cuando estudiaba yo en el antiguo Colegio Universitario de Almería en los años 80, ya estaba Javier García González, al que entonces llamaban “el Pitufo”, trapicheando conjuntamente con Pedro Molina contra Escobedo y Elena Pezzi, que dirigían entonces el CUA y estaban negociando la integración del mismo en la Universidad de Granada, y aquellos lo hacían para "quítate tú, que no quieres sacar partido personal, para que me ponga yo, que sí me interesa conseguirlo". Luego, fui secretario del Departamento que dirigía Javier García González. Dimití antes los chanchullos que hacía o permitía. En otra ocasión contaré los más sabrosos, como también habrá que hacer un análisis de esos veloces planes de estudio.

El caso es que va a pasar como sucedió en los anteriores y es que las áreas de Griego y Latín controlarán los planes, como hicieron con el de Filología Inglesa, donde, como ya dije, incluyeron asignaturas tan peregrinas como  "Griego para Estudios Ingleses", "Latín para Estudios Ingleses", "Tradición Clásica en la Literatura Inglesa: la Recepción de los Géneros", "Tradición Clásica en la Literatura Inglesa: la Recepción del Teatro" y "Fundamentos Grecolatinos de las Lenguas Anglogermánicas", quedando los alumnos sin posibilidad de formarse en lo que tenían que aprender: inglés.

¿Qué dirá y, sobre todo, qué hará el Rectorado y el Consejo de Gobierno? Yo, por lo pronto, he presentado sendos recursos contra los Comisiones que han realizado los Planes y, si la Junta de Facultad aprueba el próximo lunes los planes, tengo la intención de impugnarlos, igualmente ante el Rector.

19/3/18

El homenaje que se merece el arabista y político Javier Aguirre Sádaba

A finales del presente curso, Javier Aguirre Sádaba se jubila, tras una carrera en la que ha simultaneado arabismo y política, primero municipal, en Jaén, y después universitaria, en Almería. Aunque tengo intención de hacer una larga reseña más adelante, quiero ofrecer un adelanto, antes de que acabe su labor docente.

Con su máxima de que la mayoría siempre tiene razón, son muchas las veces que donde dijo digo dice Diego, sin asumir que está cambiando de opinión. Entre sus últimas actuaciones se encuentra haber incluido, personalmente, la asignatura "Claves del Mundo Árabe Moderno" en el plan de Filología Hispánica, sin plantear ningún tipo de debate sobre su conveniencia e interés para los alumnos de esa especialidad. No es de extrañar que le dejaran incluirla aquellos que controlan la Facultad de Humanidades (las Áreas de Filología Latina y Griega) y que optaron, a su vez, por introducir asignaturas como "Latín para estudios ingleses" en Filología Inglesa, para que los alumnos aprendan latín en lugar de inglés, pues se gradúan, en general, con un nivel deficiente en la lengua anglosajona, aunque me temo que tampoco aprenden mucho esa otra lengua. Son los mismos que lo encumbraron al cargo de Director de Departamento para que siguiera sus dictados.

Lo curioso del caso es que quien vio que era importante que los alumnos de Hispánicas conocieran las claves del mundo árabe moderno (el programa no tiene desperdicio), en lugar de, por ejemplo, estudiar los arabismos, que ni se mencionan en la asignatura de "Historia de la Lengua Española", no quiere impartir esa asignatura, sino que impone que la den otros que para eso él obtuvo una cátedra con larga historia hace más de 20 años.

Dejo para más adelante muchas de sus antológicas actuaciones como Vicerrector, Director de Departamento e incluso como concejal, pues ya se sabe que quien traga llega lejos.

19/2/18

Anulación de la sanción e indemnización (II)

Desde que escribí el anterior artículo ha transcurrido más de un año. El retraso, en gran medida, se debe a que el proceso se está demorando en el tiempo. Tengo que agradecer la buena disposición y receptividad de las máximas autoridades de la Universidad para resolver algunos puntos de la anulación de la sanción. En ejecución de la sentencia, ya firme, se me pagaron los honorarios por el año en el que no me dejaron trabajar, así como los intereses de demora, pero no llegamos a un acuerdo sobre el tema del reconocimiento de daños y perjuicios, por lo que queda un recurso pendiente.

En ese recurso ha contestado Dña. María Ángeles Piedra Fernández, en representación de la Universidad de Almería, a la demanda que formuló mi abogado en la que solicitaba 10.444,08 euros por ese concepto. Me ha sentado muy mal la ligereza con la que la letrada de la Universidad ha contestado a esa demanda. Lógicamente, la Sra. Piedra se opone, pero lo hace de un modo vil. Insinúa que si no se llegó a un acuerdo extrajudicial fue debido a mí y aporta un correo electrónico en el que los mediadores renunciaron a continuar con el proceso, pero se le olvida decir que la razón de esa renuncia fue precisamente que ella se negó a asesorarles, pensando quizás que yo iba a utilizar el asunto en el recurso. No ha sido así. No recurrí al tema, lo que sí ha hecho ella faltando a la verdad. Los mediadores, lógicamente, necesitaban garantías legales sobre si el acuerdo podía llegar a producirse. Era mí deseo haberlo alcanzado y para eso pedí poco cosa más y, sobre todo, un reconocimiento del mal que se me había causado, pero fue la asesoría jurídica la que se negó a asesorarles. Lo puedo acreditar fehacientemente.

Se refiere la Sra. Piedra a lo bien que se portaron conmigo pues, dice textualmente (el subrayado es suyo) que "se procedió voluntariamente al pago de todas las cantidades debidas al Sr. Lirola Delgado, durante el tiempo que estuvo suspendido de sus funciones"... "Pero es que, además, también se procedió al abono de los intereses de demora devengados", que ascendieron a 9.280,08, pues el interés legal era elevado. Lo que olvida decir es que, hubo que exigirlo varias veces en cumplimiento de sentencia y así también se puede acreditar a través de las continuas solicitudes desde el Juzgado.

Entiende la Sra. Piedra que el abono de los intereses  de demora tiene una finalidad resarcitoria de los daños y perjuicios ocasionados, que para ella parecen ser puramente económicos. Y el que yo no me opusiera al desestimiento por parte de la Universidad al recurso que presentó Pedro Molina, de forma unilateral, contra la sentencia que anulaba la sanción, quiere utilizarlo contra mí, como si es que yo hubiera tenido que oponerme a algo que creo de Justicia y que, incluso, solicité reiteradamente. Como he dicho en algunas ocasiones, para mí fue balsámico, pero no suficiente para cerrar todas las heridas abiertas. Lo que más se resintió con la sanción fue, sin duda, la investigación, aparte de las relaciones familiares y de amistades, por mucho que pretendiera yo que no fuera así. Por decisión de Pedro Molina me dejaron sin poder sacar ni un libro de la Universidad obtaculizando mis investigaciones.

De hecho, parte de la indemnización por daños y perjuicios que solicito se apoya en que ese año no se me reconoció para los sexenios de investigación al no acreditar una vinculación con la Universidad y podría haber obtenido el 4º sexenio un año antes de que me fuera concedido después. Es curioso que a esto, que se cuantificó fácilmente por la parte económica que le corresponde, no se refiera para nada la Sra. Piedra. ¿Es que no tiene argumentos contra ello y prefiero obviarlo?

Por mi parte, doné la cantidad íntegra de los intereses y una cantidad mayor, y así también lo haré si se me conceden los daños y perjuicios, a la Fundación Ibn Tufayl, entidad sin ánimo de lucro a la que dedico gran parte de mi esfuerzo, y ha servido para contratar a una persona y desarrollar así proyectos de investigación.

Por último, la Sra. Piedra cree que debía haberme quedado callado cuando me sancionó Pedro Molina, pues se refiere a "filtraciones interesadas a la prensa" y "divulgación de noticias sensacionalistas que no beneficiaban el buen nombre de esta Institución Pública". Debería reflexionar un poco la Sra. Piedra, pues, a lo mejor, lo que hacía daño a la Universidad es que su antiguo Rector actuara con injusticia manifiesta (no lo digo yo, sino un juez) y no el que el apaleado injustamente se quejara en público.


Espero que la Sra. Piedra, en defensa del Patrimonio Público, me apoye en la petición que haré de que se le exija a Pedro Molina el que pague los intereses de demora que ha tenido que abonar la Universidad por su abuso de poder.